miércoles, 8 de junio de 2011

LOS INDIANOS PORTUGALUJOS


Me dicen que la novela de Zunzunegui, La úlcera, de la que hablamos ayer, es la más netamente portugaluja. Yo, que me inclino por El chiplichandle, debo reconocer que el tema de los indianos estaba muy presente hace un siglo en nuestra Villa.
De hecho el autor en la introducción ya lo avisa:
Yo, señores, soy vascongado por los cuatro costados, de la costa vascongada que se asoma en el abra de Bilbao, por Portugalete y desde niño he conocido la gloria y la tristeza de los indianos. Toda la costa cantábrica es un pañuelo en adiós para los que se van y para los que vuelven de América.
Zunzunegui vivió el regreso de indianos como Manuel Calvo, Gregorio Uzquiano o los restos de Bernardo Castet, por eso los detalles que adjudica a su personaje están tomados de la vida de esos convecinos suyos de hace un siglo.
Al igual que a su indiano D. Lucas, a Calvo y a Uzquiano les realizaron en agradecimiento un retrato (desconocemos el paradero del de Gregorio Uzquiano) y al primero de ellos le dedicaron también una placa en la iglesia por sus donativos, como recogemos en la foto de esta entrada.

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