martes, 22 de diciembre de 2015

LA FUNDACIÓN DURAÑONA DE REPELEGA


 El rico Archivo Histórico Municipal no deja de darnos sorpresas a los investigadores. Uno de los últimos hallazgos ha sido por casualidad, como muchas otras veces, al leer un expediente sobre un litigio entre Ayuntamiento y Parroquia de Portugalete (C304-60), a cuenta de la ampliación municipal del lavadero de Repélega en la Campa anexa a la Iglesia de San Cristóbal, y que se ha incorporado a la Biblioteca Digital Portugaluja.
Ángel Chopitea, como Presidente de la Junta del Patronato de la citada Iglesia, aportó el 1 de Octubre de 1934 unos datos copiados de la escritura de la Fundación “DURAÑONA” de 10 de Marzo de 1905, que resultan muy interesantes y creo que inéditos.
Alejandro Gandarias y Durañona expone como su tío Juan Vicente Durañona y Santa Coloma, que falleció el 9 de Noviembre de 1904, le había dejado encargada en vida la construcción de una iglesia en el barrio de Repélega (Santurce Antiguo) para el servicio de los moradores de Repélega, La Sierra, Galindo y Rivas de donde era natural.
La ermita de San Cristóbal, que ya aparecía citada en 1648, según Goio Bañales, y que fue erigida y bendecida el 14 de Julio de 1662, según Gurutzi Arregi, quedó derruida en su mayor parte durante la II Guerra Carlista (1872-1876) y a su terminación fue reconstruida por los vecinos en el paraje de San Cristóbal (Yturburu en el apeo de 1764).
Volvamos a la escritura. Luis de Salazar y Zubia y Saturnina Balparda y Durañona cedieron los terrenos necesarios para la nueva iglesia, cuya primera piedra se colocó el 4 de Mayo de 1903, abriéndose al culto el 19 de Marzo de 1904 bajo la advocación del mártir San Cristóbal, titular de la ermita antigua que fue derribada poco antes de la inauguración de la nueva. Esto hace suponer que se encontraba en otro sitio, seguramente como luego veremos, en los terrenos de la luego llamada Campa de San Cristóbal.
Juan Vicente Durañona costeó la fábrica de la iglesia y Dª Saturnina, en recuerdo de su tío Ramón de Durañona, construyó y sostuvo una buena escuela mixta de primeras letras y costeó misa diaria, que antes se celebraba en la ermita. Pagó también los ornamentos y un altar lateral dedicado a Nª Señora de Lourdes (imagen, sacras, candelabros, etc.).
Josefa Durañona costeó el altar mayor de San Cristóbal, el lateral de Jesús Crucificado con sus imágenes nuevas, la hornacina de San Cristóbal, el pequeño retablo de la sacristía, púlpito y confesionario, Vía Crucis, retrato de S.S. Pio X, araña, sacras, candelabros, ciriales, cruz, incensario, ocetre, alfombras, cortinas, cuadro de la Virgen del Rosario y el material de hierro del coro y campanario.
Se citan las condiciones para el caso de que pasara a otro destino distinto al inicial. Entonces pasarían a la propiedad mancomunada de Luis de Salazar o sus herederos y de los de Juan Vicente Durañona, y si no los hubiere, al Santo Hospital de la Villa de Portugalete y en último término a los pobres de solemnidad de los barrios de Rivas, Repélega y Galindo.
La iglesia ocupaba 652,99 m² y 18.883,35 la campa con su tapia, árboles, puerta de hierro destinándose para romerías, ornato y solaz de los moradores. También arreglaron los caminos.
Juan Vicente Durañona legó fondos para la conservación, reparación y culto en memoria de sus padres y vecinos, muchos de ellos parientes lejanos. Contribuyó igualmente a que en el Santo Hospital del Glorioso San Juan Bautista hallaran acogida los enfermos, ancianos y huérfanos de los referidos barrios.
Al final del documento se dice que el OBJETO DE LA FUNDACIÓN es el sostenimiento del culto católico en la referida Iglesia de San Cristóbal y celebración cada año de misa y oficio de difuntos en sufragio del alma de D. Juan Vicente de Durañona y Santa Coloma, la de sus padres, parientes y por las del Purgatorio, en general, se rece un responso semanalmente y cada año se celebre misa y oficio de difuntos.
Igualmente aparece citada la autorización del Ayuntamiento de Santurce para la extracción de piedra con destino a la nueva iglesia, así como para derribar la actual una vez edificada aquella, la plantación de árboles y el ensanchamiento de caminos.

CAMPA DE SAN CRISTÓBAL, 1935
Por una carta del cura párroco sobre la titularidad del antiguo solar donde se ubicaba la ermita, se deduce que esta se encontraba en los terrenos de la campa a la que se agregó otro adquirido por Juan Vicente de Durañona y que luego se cercaron con pared y puerta de hierro.
Acaba Chopitea informando que presta su conformidad a la ocupación de terreno para la ampliación del lavadero, obras ejecutadas por el Ayuntamiento. Establece que la campa no se destinará a servicio diferente al actual, sin la conformidad del Ayuntamiento de Portugalete (ya era portugaluja desde el 10-7-1933) y de la Junta del Patronato de la Fundación.
La Junta continuaría conservando y disfrutando de la Campa, pero dado el crecimiento de los barrios, al servicio de cuyos moradores fue edificada la Iglesia de San Cristóbal, todos los días de fiesta quedará abierta la campa para el natural y prudente esparcimiento de aquellos.

JOSE LUIS GARAIZABAL


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